En el vertiginoso ritmo de la vida moderna, regresar al domicilio después de una faena diaria agotadora y plantarse ante la cocina puede resultar un desafío hercúleo. Justo en ese momento donde el envío de comida en Longchamps se erige como un cómplice esencial. Sin embargo, no cualquier paladín viste manto, y no cada motocicleta que serpente